OBJETO E INVESTIGACIÓN DEL TRABAJO SOCIAL: UN ANÁLISIS HIST'ORICO
“¿Por qué es importante para nuestra disciplina definir su objeto?
Porque, la complejidad debe ser tratada […] Y
porque más allá de cuestiones de status científico —que no son banales
pero que no importan tanto en estas reflexiones—, lo cierto es que toda
disciplina ha de definir su objeto de estudio. Porque el método, […] el objeto […] y las teorías, paradigmas o modelos teóricos nos ayudarán a elegir las
categorías analíticas adecuadas para la investigación. Y porque todo
este proceso contribuirá a la elaboración de nuevas teorías, al menos de tercer nivel, que consigan
desarrollar hipótesis para la intervención. Por tanto, estamos ante una
cuestión de primer orden en el nacimiento y posterior desarrollo del
Trabajo Social como disciplina científica “. (Zamanillo, 1999)
Tal como lo señala Zamanillo, es fundamental definir el objeto (“fin último”) del
Trabajo Social y en general de una profesión, ya que, al hacerlo se
define, al mismo tiempo que se habrá de analizar y como se abordará ese
objeto; en función de él se resolverá
la estrategia de trabajo y, en consecuencia, los resultados que se
esperan obtener, sus técnicas y principalmente sus contenidos. De esta
manera doy pie a un análisis histórico del objeto de intervención del TS
y su relación con la investigación.
El tema del objeto de trabajo social es mucho más complejo de lo que aparenta, ha sido confundido con aspectos
prácticos e identificado con los objetivos, con los sujetos de la
intervención o ámbito de estudio. Alicia Gonzales (1995), señala que
definir el objeto no es analizar la construcción de los objetos de
intervención, ni inclinarse a la delimitación de objetos de
investigación; se trata de generar niveles más elevados de abstracción
que permitan delimitar teóricamente ese ámbito de la realidad sobre la
que una profesión incide a partir de un determinado punto de vista o
perspectiva teórica. A sí mismo, hay que tener en cuenta que las
condiciones históricas y sociales determinan o producen objeto como también éste se construye en función de una problemática teórica que antecede a cualquier experiencia, o
sea es el punto de vista teórico el que crea el objeto, es una
construcción conceptual, surgida entre conceptos, entre problemas
teóricos. Por lo tanto, señala, que no se puede inventar de antemano un objeto, no hay un “a priori” en su construcción.
A
lo largo de la historia de nuestra profesión, encontramos diferentes
manifestaciones que exponen definiciones acerca del objeto, como también
diferentes enfoques teóricos y prácticos de la investigación en Trabajo
Social. Así en los albores del Trabajo Social -como profesión-, bajo el
paradigma positivista, empirista,-principio del s. xx- los esfuerzos se
encaminaron por “hacerse un hueco entre las ciencias sociales y ser reconocida como tal” centrándose en encontrar explicaciones que se pudieran medir o que
fueran puramente objetivas. Nos encontramos con un Trabajo social de
caso individual, cuyo objeto el objeto de trabajo social de caso es el ser humano en su situación total. Donde cuyo objetivo era tornarlas “útiles” y provechosas socialmente. –“El
trabajo social debe focalizar su atención sólo a aquellos aspectos del
problema planteado sobre los que cabe ayudar a la persona, incapaz de
reaccionar por sí misma”. Sin embargo, la visión lineal de las causas, la creencia universal de las conclusiones, y el enfocarse solamente en torno a la persona “problemática”, no dejan entrever la complejidad de lo social y la importancia que tiene el medio en la definición de aquel problema.
Más adelante y como respuesta a las desigualdades sociales producto de la modernización y profundización del modelo capitalista, el objeto del Trabajo social se enfoca en las necesidades sociales,
donde los sectores sociales –valga la redundancia- que tienen
limitaciones para la satisfacción de sus necesidades básicas necesitan
de un agente externo para enfrentar y superar su situación. En esta concepción encontramos el advenimiento del método de desarrollo comunitario, que apunta a abordar el tema de las necesidades sociales a nivel
de cada comunidad. Pero la satisfacción de estas necesidades se
restringe a los recursos existentes – aspectos materiales-, delimitando
así el objeto del T.S porque adjudicar a los problemas sociales causales de falta de recursos, es excluir aquellos que son producto de la propia situación personal.
Con el movimiento de Reconceptualización, en América Latina, a mediados de los 60, surge una crítica y autocrítica al propio que hacer donde identifica los intereses de clase como base de los problemas sociales, “construye, entonces, su objeto en torno a las relaciones sociales de producción y de explotación”, otros autores como Boris A. Lima señalan que debe considerarse como objeto del trabajo social “el
hombre limitado en su praxis transformadora por una estructura
económica que le es adversa y una superestructura ideológica y política
que lo aliena”.
Desde este paradigma socio crítico, dialéctico, la investigación tiene
como objetivo transformar la realidad social, le asigna un papel de compromiso
con dicho cambio, ya que lo primordial es el cambio positivo que se
pueda generar en la práctica. Sin embargo los planteamientos y objetivos que en dicho periodo se generaron se vieron opacados por conflictos políticos que se dieron en Latinoamérica.
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